El problema de la construcción en España y la Licitación Internacional

Y no quedó más remedio…, como reza el dicho “entre todos la matamos y ella sola se murió”.

Estas palabras retratan la situación de la construcción española en los últimos años.

Todos los agentes implicados (administraciones, constructoras, etc) entraron en el peligroso círculo vicioso del todo vale, del construir de manera desmedida, y como en este país somos de extremos, pues oye que un día lo hacemos todo y al siguiente si te he visto no me acuerdo.

El panorama español en materia de construcción pinta mal, ha adquirido tintes dramáticos y lo más descorazonador es que a medio y largo plazo la situación no apunta maneras de revertir.

Así pues, y dado el bloqueo en el que se encuentran sumidas las Administraciones, a las empresas españolas no les ha quedado otra salida que cruzar fronteras en busca de países con economías emergentes en los que desarrollar sus proyectos.

Como todo en la vida, esta búsqueda de nuevos horizontes no es tarea sencilla puesto que licitar y contratar en el exterior tiene su aquel y mire usted, la situación aún se agrava si tenemos en cuenta lo mal acostumbrados que estamos (con nuestras adjudicaciones en baja temeraria, con nuestras adjudicaciones a dedo, con nuestro enriquecimiento de unos pocos, con nuestro nos lo llevamos en blanco, en negro y si me apuras en gris.)

Porque en el extranjero, la empresa española es el último jugador en apuntarse a la partida y se hace imprescindible conocer las reglas si se quiere salir triunfante.

La licitación más allá de nuestras fronteras requiere de un esfuerzo extra por parte de los profesionales, de un alto conocimiento técnico (por la complejidad en los procesos constructivos, en función de las características particulares - topografía, orografía, climatología, - de cada emplazamiento) administrativo y jurídico (se hace necesario llevar a cabo una ardua labor de gestión y análisis de riesgos de cada uno de los proyectos de concurso).

Es complicado elaborar una oferta para un concurso internacional, en la mayor parte de las ocasiones, se producen modificaciones y cambios de fecha en los plazos de entrega, lo que lleva implícito cambios en las diferentes cláusulas de los pliegos que rigen las licitaciones, es vital tener un amplio conocimiento de los recursos de los que se dispone a pie de obra para el desarrollo de los trabajos (maquinaria y mano de obra) y de los procedimientos constructivos que se aplican en cada territorio de modo que se puedan ofrecer técnicas compatibles con el entorno medioambiental y social donde se ejecutarán las diferentes actividades.

Pero, podemos estar satisfechos con el producto patrio, puesto que a día de hoy, se tienen los suficientes indicios para atribuir a las constructoras el mérito de este proceso, ya que cuentan en sus filas con personal preparado y experimentado, con dominios de habilidades específicas capaces de solventar cuantas dificultades puedan surgir.

Ahora, lo que queda es afianzarse y asentarse en la cartera de negocio internacional, seguir patrocinando por los cinco continentes la “marca España” demostrando que los españoles sabemos mucho y bien de construcción.

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Yolanda Jiménez